El amoníaco (R717) ha sido utilizado como refrigerante desde hace más de 120 años, y sigue utilizándose en la actualidad, tanto en instalaciones de refrigeración como de climatización por todo el mundo.
En los equipos de climatización o refrigeración, sólo pequeñas cantidades de R-717 son manipuladas en pequeños recipientes o en circuitos cerrados.
El R-717 tiene el mismo riesgo que el gas natural, o cualquier otro gas a presión (incluido el aire). Con el R-717 existen los mismos riesgos que al emplear refrigerantes halogenados transitorios.
La larga experiencia en el uso del amoníaco ha demostrado que, cuando las medidas preventivas son adecuadas, los riesgos son muy limitados y controlados.